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Somos Bautistas

RESEÑA HISTÓRICA DE LA CONVENCION NACIONAL BAUTISTA DE VENEZUELA (1945-2023)

Convención Nacional Bautista de Venezuela

Reseña Histórica

Dios permitió, a través de diferentes hombres e instituciones, el desarrollo y consolidación de la Obra Bautista Nacional (OBN). Fijar sus inicios no es tarea fácil, porque se han vivido muchas situaciones, incluyendo tiempos de bendiciones y también de dificultades.

LOS INICIOS

La historia comenzó entre los años 1945 y 1950. Se recuerdan nombres como el de Ruperto Prato, en Guasdualito (Estado Apure), y los de jóvenes como Julio Moros, Rafael Urdaneta Mejías y Domingo Bracho, estudiantes del Instituto Bíblico de San José, Costa Rica, quienes recibieron la doctrina neo testamentaria.

La Casa Bautista de Publicaciones (El Paso, Texas, USA), difundía entonces su literatura en las iglesias e instituciones evangélicas de muchos países. Así, las doctrinas neo testamentarias fueron enseñadas a varios de los estudiantes del Instituto Bíblico de Maracaibo, luego Ebenezer. Uno de esos alumnos era José Juan Corti Guerrero, quien para 1944 fue llamado a iniciar la obra bautista en Acarigua, con el auspicio de la Asociación de Iglesias Bautistas Independientes para la Evangelización Mundial (organización de origen norteamericano), dirigida por la pareja misionera Jaime y Elena Carder.

De este trabajo quedó como fruto la Primera Iglesia Bautista de Venezuela, organizada el 15 de julio de 1945 en la ciudad de Acarigua, Estado Portuguesa. Por razones de salud, Corti Guerrero estuvo poco tiempo al frente de esa obra, siendo sucedido en el pastorado por Germán Núñez Bríñez.

En noviembre de 1946 se constituyó la PIB de Guanare donde se instala como obrero a Antonio Escalona. En 1947 nació la Primera Iglesia Bautista de Barquisimeto, bajo el pastorado de Eusebio Pérez. En simultáneo, don Antolín Tovar, quien estaba al frente de una pequeña iglesia en San Nicolás, Portuguesa, acoge las doctrinas neo testamentarías y pide ser bautizado por inmersión, junto con toda su congregación. Estas cuatro iglesias bautistas (Acarigua, Barquisimeto, Guanare y San Nicolás), formaron la Asociación Bautista de Portuguesa y Lara, la cual ayudaba al sostenimiento de los obreros, desarrollaba obra misionera en todos los campos de Portuguesa y publicaba una revista llamada “Luminar”, precursora del posterior vocero “LUMINAR BAUTISTA”.

En Caracas se había organizado el 2 de mayo de 1946 la Iglesia Bautista Central y, tiempo después, surgió la Primera Iglesia Bautista de Maracaibo (1950), completando el sexteto de iglesias que se unirían, un año después, para formalizar la creación de la Convención Nacional Bautista de Venezuela (CNBV).

Para 1950, las iglesias bautistas venezolanas formaban parte de la Convención Bautista Colombo-Venezolana, la cual mantenía una estrecha relación con la Convención Bautista del Sur (EE.UU.). Dadas las dificultades por distancia y comunicación para el trabajo mancomunado, Tomás L. Neely (único misionero de la Junta Misionera Foránea –JMF-, radicado en Venezuela), convino en la realización de las llamadas “Reuniones de Acercamiento”, a fin de intercambiar opiniones y capacitar a los obreros en los principios y organizaciones bautistas. En la tercera de estas reuniones, realizada en Guanare, Portuguesa, surgió la idea de organizar la CNBV. Para esto se  nombraron dos comisiones: una de organización, integrada por José Juan Corti, Germán Núñez, José Requena y Antonio Escalona; y la otra, para preparar un anteproyecto de constitución, formada por Pierre Luc Eustache, J. Ulman Moss y Oscar Galdona.

La reunión de organización se realizó en Acarigua, los días 7 al 12 de agosto de 1951, porque: Primero, era el punto más céntrico de la geografía del país, que cubría la incipiente OBN; y, segundo, allí se había fundado la primera de las seis iglesias bautistas que se organizaban como Convención. De 1951 al 55, casi se duplicó el crecimiento porque, de seis iglesias organizadoras, se pasó a once. Y se alcanzó tal progreso que el joven misionero Clyde Clark presentó un “Plan de avance” incluyendo, entre otras cosas, un Instituto Teológico.

El período 1955-58 fue de grandes contradicciones. Las organizaciones auxiliares de jóvenes y damas, creadas un año después de la Convención, alcanzaron su desarrollo y personalidad propia. Falleció el misionero Clyde Clark, quien hacía historia en la obra nacional. El Instituto Teológico nació, pero casi enseguida murió. Este período culminó con la triste separación de la JMF, hecho que se concretó en reunión extraordinaria, celebrada en Barquisimeto los días 17 y 18 de diciembre de 1958.

UNA OBRA NACIONAL: 1959-1964

El rompimiento con la JMF sirvió para darle vigor, fisonomía propia y dependencia de Dios, a la obra nacional. Desde enero de 1959 hasta agosto del 64, la CNBV se consolidó como organización, desarrolló su propia personalidad y alcanzó madurez, aunque con el sacrificio de los obreros, sus familias y de las iglesias en general.

Dos aspectos se destacan aquí: La ofensiva en la enseñanza de la mayordomía cristiana y las discusiones con la JMF para restablecer las relaciones, sobre bases diferentes de cooperación. El acuerdo previo se logró en una histórica reunión celebrada en octubre de 1963, entre la Junta Directiva de la CNBV y el Comité Ejecutivo de la JMF. Luego fue ratificado por las iglesias en la XIV Asamblea anual realizada en Valencia, Carabobo.

 ESCALADA EXTRAORDINARIA: 1964-1975

En este lapso hubo un avance extraordinario de la obra nacional. Se fundó el Seminario Teológico Bautista de Venezuela (STBV), se creó la Residencia Estudiantil Bautista de Guanare, fue instituido el Fondo de Préstamos para la construcción de templos, se organizó un Fondo de Jubilación para los obreros, se desarrolló un fructífero ministerio radial que trascendió a Latinoamérica, y un ministerio musical que produjo frutos.

Hubo también un avance significativo de misiones y campañas evangelizadoras, así como un riguroso trabajo de capacitación para líderes juveniles y laicos comprometidos al servicio del Señor. Es preciso resaltar que este período se institucionalizó la Ofrenda Misionera “Siomara de Núñez”, a fin de impulsar el trabajo misionero en todo el país.

REORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL: 1976-1984

En este período fue revisada la estructura organizativa de la CNBV. Se consideró de suma importancia adecuar la Convención a los cambios y exigencias de los diferentes ministerios de la obra nacional. Luego de orar y discutir el tema, en 1976 se aprobó el cambio total en la estructura organizacional.

El crecimiento continuó a buen ritmo. Se habían constituido iglesias bautistas en la mayoría de los estados, la Asamblea aprobó un plan de largo alcance: 1976-2000 (25 años) y un Plan Quinquenal (1976-1980), con los cuales se esperaba doblar la evangelización en el período en cuestión y lograr un crecimiento, al menos 50%, en el número de iglesias bautistas. Se planteó llegar a 100 iglesias en 1980. La meta se logró en  1984, cuando se alcanzó la cifra de 103 iglesias afiliadas, para gloria de Dios.

Otro hito fue la institucionalización de la Marcha Evangelizadora, realizada por primera vez en 1977. Así se marcó en forma determinante la visión del trabajo evangelizador y misionero de las iglesias de la Convención, que culminaron esta etapa fijando las pautas para el logro del más ambicioso plan que la OBN se hubiere trazado en toda su historia: “El Plan del Millón”.

LA GRAN VISIÓN: 1985-1999

A partir de 1986 y hasta el final del siglo XX los esfuerzos se enfocan en la acción evangelizadora y la formación de nuevas iglesias. Desde 1985 y hasta 1990 se estableció un importante convenio entre la CNBV y la Convención Bautista de Tennessee (EUA), que trajo excelentes resultados. En 1986, con una ofrenda recibida a través de la JMF, se adquieren dos lotes de terreno ubicados frente al monumento de la Batalla de Carabobo, donde se establece el nuevo Campamento Nacional y se proyecta la construcción de una serie de edificaciones para la nueva sede de la Convención.

Al acercarse el año 2000 y percibirse la imposibilidad de alcanzar la meta del millón se produjo una disminución en los esfuerzos de evangelización y envío de misioneros, que luego se recupera ostensiblemente al iniciarse el siglo XXI.

AÑOS 2000-2010

“Hay vida en Jesús” es el lema que marca este período. De 2000 al 2005 se desarrolla la primera fase y de 2006 hasta 2010 la fase II. En este marco, la CNBV asumió la meta de completar 1000 iglesias en el año 2010. Entonces, se hicieron esfuerzos en la preparación de obreros, a través del STBV, los programas de Misioneros Voluntarios, el Centro de Capacitación Misionera Intercultural, los Institutos Bíblicos, la Dirección de Educación y los programas de educación a distancia. DIME amplió su acción en el envío y sostenimiento de misioneros, apoyándose en la Ofrenda Misionera. Y, unido a ese esfuerzo, se destaca el trabajo de las iglesias locales para formar nuevas obras.

También contribuyó el convenio con la Convención Bautista de Alabama (EUA), desarrollado en el primer lustro del siglo XXI, y luego el convenio con la Convención Bautista de Texas (EUA), iniciado en el año 2008 y prolongado hasta diciembre de 2013.

El año 2010 fue excepcional en la evangelización y tarea misionera. Las “tomas” de los estados Portuguesa, Barinas, Trujillo y Mérida, como las jornadas evangelizadoras en Cagua (Aragua) y Ciudad Guayana (Bolívar) arrojaron un resultado extraordinario y glorioso de 10.650 decisiones de fe entre julio y septiembre. Destaca en este lapso la amplia modificación que se hizo a la estructura de la CNBV para convertirla en una organización moderna, estable y acorde con las demandas de la OBN.

AÑOS 2011-2015

A nivel internacional, un convenio con la Convención Bautista del Perú y los planes para llegar a Paraguay, México y Colombia en 2011, conformaron una visión continental que se consolidó con el énfasis de la CNBV para ese año: “Hasta lo último de la tierra”.

En el país se asumió un nuevo plan bajo el lema “Jesucristo, el Agua de Vida”, para el período 2011-2015. La OBN continuó su ritmo de crecimiento y el número de iglesias afiliadas se incrementó, desde 506 en 2010 hasta 642 en 2015. También se estimó para fines de ese período un número superior a 300 misiones y congregaciones distribuidas en el territorio nacional. Las organizaciones auxiliares, el STBV y el Campamento también continuaron su avance. 

Este período se caracterizó por una situación de crisis generalizada en el país que perturbó la economía, lo social y la política. La OBN se ve afectada por las dificultades económicas que limitan las inversiones en trabajo misionero, construcción de templos, ampliación de la infraestructura e inversiones en general; pero a la vez amplía las oportunidades de evangelización y expansión misionera nacional y aun logra convenios internacionales.

AÑOS 2016-2020

La Dirección General inició acciones para desarrollar la transición de los planes de dirección de la organización en el quinquenio 2016-2020. Tomando en cuenta la propuesta de la Unión Bautista Latinoamericana (UBLA), comprendida en el Plan Quinquenal “Jesús, Transformación y Vida”, se procede a conformar el plan nacional de la OBN. Durante la Asamblea 2014 se presenta el proyecto “100 días de oración por Venezuela, Latinoamérica y el mundo”, lo que produce una nueva etapa de trabajo basada en las tres acciones espirituales fundamentales: oración, evangelismo y discipulado, dentro de un marco de acción misionera, tanto nacional como internacional.

Se toma la decisión de realizar la asamblea anual en las ciudades más importantes, luego de 12 años de celebrarse en las instalaciones del Campamento Nacional. Así, ANA 2015 se realizó en Barquisimeto y se organizó el 1er. Congreso de las Organizaciones Auxiliares en la ciudad de Barcelona. Se repite en 2015 el proyecto de “100 días de oración” y se inicia el proyecto misionero Transformación Venezuela TRANSVEN, con el fin de involucrar a un importante número de nuevos misioneros a la obra. ANA 2016 se realiza en la ciudad de Guanare, y en 2017 la Asamblea se celebra en Maracaibo. En esta última reunión se decide regresar la realización de las asambleas a Campo Carabobo.

La crisis que vive Venezuela obliga a cambios y ajustes en todas las iglesias y en la OBN. La marcha administrativa de la CNBV y los programas y proyectos locales, regionales y nacionales, se ven afectados. Pero de manera milagrosa, el Señor permite que los efectos de la crisis muevan a la Obra,  que redobla los esfuerzos evangelizadores, misioneros, y vive un gran despertar en la acción social de las iglesias, asociaciones y convención. La “situación país” se agravó, pero en medio de estos momentos complejos se hacen importantes acuerdos internacionales con convenciones bautistas hermanas, como las de Brasil, Chile y Colombia, con la Junta Misionera Internacional de los Bautistas del Sur y con organizaciones como UBLA y la Alianza Mundial Bautista (AMB).

AÑOS 2020 – 2022

El año 2020 fue atípico, por causa del COVID-2019. Esta situación, si bien limitó, no impidió el desarrollo y actividades de la obra nacional. Por ejemplo, se consolidó el Proyecto 500, el cual trata de los planes mixtos apoyados por la CNBV, que permitirá cumplir con la visión de nuestra organización de plantar iglesias relevantes. Por otra parte, se produjo la demostración del amor de Dios, con compasión y gracia, a  través de los programas sociales de las iglesias locales. El reto está ahora en el desarrollo de la segunda fase, durante el período 2021-2025, del plan Jesús Transformación y Vida II. Los énfasis propuestos han sido: 2021, Evangelización transformadora; 2022, Discipulado multiplicador; 2023, Compasión y gracia; 2024, Liderazgo aprobado; 2025, Plantando iglesias relevantes.

Al levantar la mirada para ver los campos, se observa que una vez más muestran estar “blancos para la siega.” Y completando estos 71 años como Convención, damos gracias a Dios y le alabamos por su fidelidad. Ahora podemos tener una profunda expectativa ante la perspectiva tan grande que Dios abre a los ojos de la generación de bautistas que le corresponde estar al frente de la obra nacional, para hacer realidad el deseo de nuestro Dios de “ser de bendición a todas las familias de Venezuela y de la Tierra”.

El himno lema de la CNBV es un desafío para el pueblo bautista venezolano. La tarea es grande y de supremo reto. Su alcance puede conducir a motivar y fortalecer a las iglesias en su ministerio, de ser “sal y luz” en Venezuela, impactando a la nación con el Evangelio de Cristo.

¡Marchad bautistas fieles hasta el fin,

que Cristo el Rey a nuestro lado está!