Los mensajeros de la LXXIII Asamblea Nacional Anual de la Convención Nacional Bautista de Venezuela (CNBV), reunidos en las instalaciones del Campamento Bautista de Campo Carabobo los días 27 y 28 de marzo de 2025, acuerdan manifestarse ante la opinión pública por medio de las siguientes resoluciones
- Como pueblo bautista venezolano, REAFIRMAMOS nuestra vocación guiada por los principios espiritual y político. En lo espiritual, defendemos la libertad religiosa; en lo político, abogamos por la separación Iglesia-Estado. Con plena conciencia de nuestra fe cristiana, nos comprometemos con la misión evangelística de nuestras iglesias, alejándonos de corrientes humanas e ideologías políticas. Sujetos a la doctrina bíblica, nuestra trayectoria histórica y los distintivos bautistas, reivindicamos nuestra autonomía, sin olvidar nuestra responsabilidad como ciudadanos venezolanos, ejerciendo plenamente nuestros derechos legales y constitucionales.
- EXHORTAMOS al pueblo evangélico en general, y al bautista en particular, a mantenerse en oración ante Dios Todopoderoso. Pedimos que las autoridades nacionales, en todos los niveles, abran sus corazones a Cristo Jesús y tomen conciencia de los males que aquejan a Venezuela. Según datos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), en 2024 la pobreza alcanzó al 86% de la población, cifra que se mantiene alarmantemente alta. Además, los salarios y la moneda nacional continúan en una preocupante devaluación.
- REITERAMOS nuestras exigencias a los funcionarios públicos nacionales, regionales y municipales, para que actúen con sensibilidad, sensatez y eficiencia, ante las urgentes necesidades de las comunidades. La salud, la educación y la seguridad, son derechos fundamentales que requieren atención inmediata para garantizar una vida digna y productiva en Venezuela.
- HACEMOS UN LLAMADO a la Organización de Estados Americanos (OEA), en especial a su nuevo secretario general, Señor Albert Ramdin, para que vele por la democracia, la paz y el progreso en el continente. Instamos a la unidad de criterios y a la toma de acciones políticas que reflejen un liderazgo determinante y avanzado, en beneficio del desarrollo integral de las naciones.
- EXIGIMOS a los países hermanos, especialmente al gobierno de los Estados Unidos de América, que consideren la difícil situación de los migrantes venezolanos, quienes, por causas estructurales, se han visto obligados a abandonar su patria. Solicitamos medidas que alivien su situación socioeconómica y mejoren su vida familiar. La mayoría de estos migrantes son profesionales, honestos y trabajadores, ajenos a las bandas delictivas que operan en Venezuela. Rechazamos enérgicamente cualquier actitud xenofóbica o de acoso que limite sus oportunidades de desarrollo en el extranjero.
- PEDIMOS al pueblo cristiano evangélico venezolano, en especial a la comunidad bautista, que sostenga en oración constante a la nación ante los cambios políticos, sociales y económicos que afectan al mundo, especialmente en Europa, Medio Oriente y Norteamérica. El retorno de migrantes, las fluctuaciones económicas y otros factores globales impactan directamente a Latinoamérica. Nuestras súplicas se centran en el bienestar de la población, ante el agravamiento de las condiciones políticas, sociales y económicas, así como en el deterioro de la educación y la salud.
- PROMOVEMOS la concertación de esfuerzos políticos y diplomáticos de alto nivel para alcanzar la paz y la convivencia en naciones afectadas por conflictos internos y confrontaciones armadas, como los casos de Rusia-Ucrania e Israel-Palestina. Creemos en la posibilidad de acuerdos duraderos que frenen el afán guerrerista y eviten una tercera guerra mundial. Es prioritario que los líderes regionales y globales actúen con conciencia clara, buscando el bienestar general.
- CONDENAMOS enérgicamente las matanzas y masacres de cristianos en El Congo, Nigeria y, más recientemente, en Siria, perpetradas por grupos extremistas religiosos. Estas acciones son una monstruosa crueldad rechazada por el mundo civilizado. Exigimos a organizaciones internacionales como la ONU, que intervengan de manera eficaz, mediante alianzas estratégicas, para frenar el avance de estos radicales.
- NOS OPONEMOS firmemente a las pretensiones de grupos de poder económico y político que buscan imponer agendas desde el Estado profundo, con el objetivo de dominar gobiernos y sociedades según sus intereses. Estas propuestas no anhelan el bienestar de la población, sino que promueven la degradación moral, espiritual y física de la humanidad, en contraste con el plan divino de salvación y mejora integral del ser humano.
- REAFIRMAMOS nuestra convicción junto al pueblo venezolano, asumiendo con fe en Cristo Jesús un espíritu de oración y clamor al Padre Celestial por un mejor futuro. Soñamos con una patria bendecida, como la que imaginaron nuestros libertadores, donde todos, especialmente los cristianos, puedan apropiarse de las promesas del Señor contenidas en las Sagradas Escrituras.
Este documento refleja no solo nuestra fe, sino también nuestro compromiso con la justicia, la paz y el bienestar de Venezuela y el mundo. ¡Unámonos en oración y acción para construir un futuro pleno de esperanza!
LA COMISION:
Pr. Jorge Arias Pr. Rafael Romero S. Pr. Germán Fernández